Como anticipo a lo que, sin duda será un magnífico fin de semana preparado y organizado por nuestra compañera Isabel Lasa, presentamos algunos datos sobre la zona del Goierri.
L E G O R R R E T A
Con una población de 1.375 habitantes y una extensión de 8,6 kilómetros, Legorreta es una tranquila localidad de la comarca de Tolosaldea que alberga interesantes construcciones como la Iglesia de San Salvador, del siglo XVI, o el Humilladero de Santa Cruz (siglo XVIII), uno de los pocos de esas características que se conservan en Gipuzkoa. Esta sencilla construcción que cubre una cruz de piedra tallada, fue declarada Bien de Interés Cultural del País Vasco en 2004.
El núcleo urbano de Legorreta está situado en un emplazamiento amplio y abierto del valle por donde fluyen las aguas del río Oria. Su población se estructura en torno al paso del que fue el Camino Real de Castilla.
Cuatro elementos definen la trama urbana de esta apacible localidad. Los puentes sobre el Oria (siglo XVI), junto a los que se encuentran el humilladero de Santa Cruz y la ermita de Guadalupe, así como la Parroquia San Salvador (siglo XVI), con su magnífico coro sostenido por tres arcos. La parroquia fue reconstruida por el famoso cantero Domingo Ezeiza, que trabajó en la obra del Escorial. Si entramos dentro veremos su retablo dorado, un bello ejemplo de pintura sacra.
Otros de los atractivos de Legorreta son las ermitas de Santa Ana, ubicada en el monte Koate y con forma de trapecio, y la de Santa Marina, situada a kilómetro y medio de Legorreta en dirección a Itsasondo, en la que sobresale una imagen de la Santa aplastando a un dragón.
Cerca de la ermita de Santa Ana se encuentra la casa solar de Oriar, del siglo XVII, una gran mansión rural que fue en su momento la casa más importante de Legorreta, aunque hoy se encuentra muy deteriorada.
Al igual que las demás localidades de la zona, la villa cuenta con un bonito entorno natural. Sus senderos invitan a realizar rutas en las que se pueden apreciar los caseríos típicos de la zona, como Ajoain, Urdaneta Azpi y Legorreta Zahar.
De la agenda cultural de Legorreta destaca la Fiesta del Corpus, una celebración popular en la que las cuadrillas meriendan en la plaza a base de caracoles regados con vino, donado por el Ayuntamiento.
Las fiestas patronales se celebran 40 días después de Semana Santa. Giran alrededor de “Gizon-piku”, un muñeco que sale en procesión el primer día de los festejos y al que se entierra cuando finalizan.
S E G U R A
Segura conserva vestigios arquitectónicos de cuando la villa tuvo encomendada la tarea de defender el Camino de Santiago. En el casco urbano quedan casas solariegas, restos de murallas y algunas puertas, especialmente interesante la que salía al antiguo camino de Zerain. Y en los alrededores, infinidad de templos y ermitas góticas
En torno a una de estas ermitas, la de San Andrés, se estableció la primera población, con anterioridad incluso a la fundación de la villa en el siglo XIII.
El casco antiguo cuenta con notables palacios como los de Lardizabal o Guevara y casas como Ardixarra -una de las más antiguas del País Vasco- o Arrue. Pero el edificio más representativo es la iglesia de Nuestra Señora de La Asunción. De estilo gótico vasco, las 42 esculturas que conforman su singular retablo, obra de Luis Carmona, son de estilo churrigueresco.
Son muy conocidas en el País Vasco las procesiones locales de Semana Santa y su Descendimiento del Cristo Articulado el Viernes Santo. Por su ubicación en las estribaciones de Aizkorri y Aralar, Segura disfruta de privilegiados rincones naturales. Algunos de los montes a subir desde el mismo centro del municipio son Edare, Aitz-Leor o Mariñamendi.
Segura sobresale por su tradición artesana en la manufactura del mimbre y los aperos de madera. Los talos o tortas de maíz, junto a la famosa tarta de Segura, son los dos productos representativos de la gastronomía local
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